miércoles, 7 de enero de 2009

Expediente 0005 - El caso Rodó

Hace unos años atrás una extraña historia ufológica llegaba a mis expedientes. En este caso, la persona que me contaba su experiencia, la cual había estado presente en el momento de los hechos, no sólo se limitó a relatar lo que le había sucedido, sino que también afirmaba disponer de varias pruebas audiovisuales de aquel fenómeno presenciado en una cálida noche de verano de San José de Mayo, Uruguay.

Ante lo dicho, no dudé un segundo en tomar mi grabadora y comenzar a documentar aquella historia que tanto eco había hecho en la prensa de aquel entonces.


"Mi nombre es Fabián González, resido en la ciudad de Colonia del Sacramento, y deseo contar un hecho ocurrido en San José de Mayo, Uruguay, en el año 2000. Algunos personajes de esta historia son ocultados por conveniencia de los mismos.

Conocemos el mundo que nos rodea por los sentidos. Nuestra vista, oído y tacto tienen grados de resolución adecuados a nuestras dimensiones y al medio en que nos movemos. Nuestra vista registra las frecuencias de la luz solar, no ve por debajo del rojo ni más allá del violeta. Nuestro oído, aún el más fino, capta solo de 20 hz (vibraciones por segundo) hasta 20.000 hz (20 Khz). Nuestra piel es sensible a las temperaturas que se apartan unas decenas de grados de los 36,5 promedio que tiene el cuerpo. En cuanto a resolución de superficies, capta granulaciones en décimas de milímetro.

Cuando se logró medir las primeras distancias siderales, todas las medidas usadas en la Tierra resultaron insuficientes. Se usó como referencia la velocidad de la luz, difícil de imaginar, pues da cuatro vueltas y media a la Tierra en un segundo. Las estrellas de nuestra galaxia resultaron a miles de años luz y las galaxias más lejanas a miles de millones de años luz.

Fácil de expresar en números, pero difícil de imaginar verdad, esto es solo para tener idea donde estamos parados sin decir lo que significa pensar que si nos midiéramos solo seríamos un grano de arena en todas las arenas de los océanos del mundo. Ese grano de arena sería nuestra galaxia en lo que hasta ahora se conoce como espacio, asusta no, entonces pensar que solo somos la única forma de vida suena muy arrogante, de ahí en más que sea inteligente o no es otro tema. Pero quien suscribe este artículo, en lo personal, tiene sus dudas al respecto, y les contaré por qué, aunque me acarree algunas contradicciones de mis colegas aficionados a la astronomía que en su mayoría dudan de esta posibilidad.


















7/2/00 - Lugar: Parque Rodó, San José de Mayo, Uruguay - 20:20
Mi trabajo en ese entonces era el de camarógrafo de un informativo central de Canal 3, Gaucho Canal, en ese momento estaba ensayando para una obra del carnaval local, cuando recibo una llamada a mi celular diciendo que debía presentarme con mi cámara en un lugar, el Parque Rodó.

A las 20:20 nos encontrábamos ya en el sitio con mi compañero de nota de ese momento, T.C.P., el cual es una persona con más de cuarenta años de informativista, tanto en radio como en T.V. En ese instante pudimos divisar con dirección oeste sobre el horizonte un pequeño punto de color naranja con movimientos lentos y discontinuos que hacían difícil su identificación. Repentinamente en un segundo giró sobre su propio eje, y en una maniobra de ciencia-ficción, desapareció sin dejar rastro alguno...

Fuimos al canal que queda a unas seis o siete cuadras para revisar el material obtenido, además de unas notas a testigos que se encontraban en el lugar. Concluimos luego allí, que si bien no distinguimos correctamente el objeto, podía tratarse de un avión comercial. Hasta ahí no habían dudas, si bien causó sorpresa en la gente presente, como periodistas y teniendo el poder de causar algún tipo de paranoia por la noticia, decidimos hasta no tener pruebas convincentes, no mostrar el material filmado. Volvimos luego con nuestras actividades que habíamos dejado atrás, ya que eran las 21:10.
























21:50
Un nuevo llamado, ahora con más urgencia que el primero, se trataba de dos personas mayores, que denunciaban ver un objeto encima de su casa frente al Parque mencionado anteriormente, que emitía una fuerte luz anaranjada, igual que el anterior avistamiento.

En solo 10 minutos llegamos al lugar, para nuestra sorpresa nos encontramos que en el lado oeste no había nada, ningún rastro. Cuando nos aprestábamos para retirarnos del lugar, comenzaría la experiencia más impresionante que jamás había tenido, y se puede explicar con palabras. Mi compañero T.C.P. me comenta: '¡Fabián qué es eso, por dios!' (22:10), cuando levanto mi cabeza y mi cámara, pude observar con gran detalle la figura de un disco, de color amarillo pálido, tirando a un naranja o algo así, un color difícil de describir. En ese momento mi instinto me indicó que debía filmar antes que mirar, es entonces que cuando veo el objeto por el visor de mi cámara, me di cuenta que eso, era distinto a todo lo que conozco, o conocía. De inmediato nos percatamos que nos enfrentábamos a un acontecimiento nada habitual, y de hecho no salíamos del asombro con mi compañero, y esa luz por llamarle de alguna forma, se movía de una manera asombrosa, giraba en solo unos segundos unos cuatrocientos metros de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo. Todo esto fue tomado por mi cámara Panasonic M4500, en una sola toma de dos minutos y treinta segundos.

9/2/00
Dos días después de haber pasado las imágenes en el canal y la repercusión en la prensa local y nacional, se acercaron cuatro sujetos en una camioneta Ford Ranger, color blanca, matricula de Montevideo (capital de Uruguay). En ese momento yo me encontraba en mi casa, me invitaron cordialmente a subir a la misma, a lo que yo le contesté que no, ya que debía trabajar en media hora. Ellos respondieron "Creemos que no iras", a lo que pregunté '¿Por qué no?'. En eso baja la ventanilla de la camioneta mi compañero del Canal y no tuve otra opción, accedí y fuimos al lugar de los hechos.

Una vez allí, comenzaron con una serie de preguntas, las cuales nosotros respondimos amablemente. Luego de más de una hora se formuló una que me enfureció bastante, se me preguntaba por un objeto que en ese momento aparecía en el cielo, se trataba de la Luna. Me preguntaron si yo conocía eso, fue tanta la rabia, que le describí todo lo que se veía en el cielo a esa hora ya que tengo conocimientos de astronomía. Ellos dijeron "Tienes conocimientos de astronomía veo", en ese instante le pregunté '¿Qué es eso?', mostrándole el cúmulo de Centauro, a lo que él me responde incorrectamente diciendo que era otra cosa, entonces dije '¿Quién es el que no sabe aquí?'...

Luego de dos horas de preguntas, además de unos cuentos que nos hicieron de la existencia del hombre en la tierra, raro no, decidimos ir al canal a ver las imágenes. Allí no teníamos el cassett, a lo que dijeron que lo tenían que ver, dije 'Está en mi casa', y ellos dijeron: 'Allá vamos a buscarlo. En 15 minutos estábamos de nuevo en el canal, ya que el chofer de la camioneta condujo a altas velocidades. Una vez visto el video, se dijo que se trataba del reflejo de los pájaros en el parque, a buenas y primeras, quedamos fríos en el Canal.

Ellos tienen la cinta, se la llevaron para devolvérmela pero nunca lo hicieron...

El caso Rodó, nunca se conoció y los archivos fueron borrados, no existen. Luego de un año, me encuentro con el presidente de CRIDOVNI, Sr. Sanchez, quien amablemente me dijo que me darían el informe final que se había traspapelado, y la conclusión fue la siguiente:

‘Estimado Sr. Fabián González, su caso fue aclarado, se trata del avistamiento del planeta "Marte", ya que por su color se confunde con el de una nave. Luego de analizar con el astrónomo de nuestra sociedad, el mismo ha concluido que dada la ubicación de la cámara y el objeto son las mismas coordenadas del planeta Marte’.

Pregunto... ¿quién será el responsable de la parte de astronomía en esa entidad? No me parece nada serio. Porque digo esto: un amigo de la Red de Observadores del Uruguay, Carlos Rossatti, me dijo: si haces las cosas, hacelas bien, investiga, asesorate, y despues afirma, pues eso hice.





















Se me dijo oficialmente que se trataba del planeta Marte, pero observen las siguientes imágenes obtenidas del software de astronomía Starry Night, y verán que Marte ese día salió a las 09:12 A.M. (12:12 GMT). Entonces ¿qué Marte dice ver este astrónomo encargado de investigar?..."







































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Expediente 0004 - Ufología en Enigmas








Este es el primer documento que abrirá la sección especial para los casos ufológicos. Para adentrarnos lentamente en el tema, primero haremos una breve recorrida por el origen de esta disciplina, para luego, en futuros expedientes X, comenzar con el análisis de famosos avistamientos de OVNIs, historias, seres extraterrestres, y todo lo que encierra este maravilloso y apasionante tema.


La historia de la ufología moderna se remonta al 24 de junio de 1947 tras el avistamiento que tuvo el piloto Kenneth Arnold en su avioneta al volar sobre la cadena Cascade en el Estado de Washington. Arnold dueño de una compañía de equipos para control de incendio, buscaba en ese momento un avión de transporte C46 perdido, cuando avisto a lo lejos nueve objetos brillantes que viajaban en formación a una velocidad estimada no menor de 2575 Km/h. Tenían forma discoidal y parecían unidos entre ellos por un vinculo invisible ya que cada 3 o 2 segundos oscilaban ligeramente y cambiaban de rumbo de una manera simultánea, declaró lo que había visto describiendo las extrañas maquinas como dos platos unidos por su parte cóncava o como platillos voladores, y así quedaron bautizados. Este termino fue cambiado posteriormente por el de las siglas OVNI (objetos voladores no identificados) en español, y UFO (unknown flying objects) en el idioma inglés. Son varios los científicos que han optado por utilizar un termino más científico llamándolos VED (vehículos espaciales dirigidos) ya que afirman que los OVNIs ya son específicamente identificados. Que la ciencia tiene la capacidad de discernir cuando es un fenómeno natural y cuando es un objeto de manufactura desconocida.

En base a los millones de casos de avistamientos de OVNIs reportados en todo el mundo, los científicos e investigadores de este fenómeno han denominado estas experiencias como "encuentros cercanos" y los han clasificados en cuatro tipos:

Encuentros cercanos del primer tipo: Avistamiento de un ovni en la inmediata proximidad, acompañado o no por fotografías.

Encuentros cercanos del segundo tipo: Un OVNI deja su marca, causa quemadura a seres humanos, asusta a los animales, altera el funcionamiento de los motores en automóviles, provoca interferencias en las emisiones de la radio y la televisión.

Encuentros cercanos del tercer tipo: Contacto físico y directo con seres extraterrestres. Seres humanos, ven o conocen a los ovninautas.

Encuentros cercanos del cuarto tipo: Contacto con seres procedentes de otras dimensiones paralelas a la nuestra es decir seres ultradimensionales.

A los tripulantes de los OVNIs se les a denominado comúnmente extraterrestres, Hollywood los bautizó como E.T. y la televisión como ALF (forma de vida alienígena), pero los científicos e investigadores llaman a estos seres o entidades EBES (entidades biológicas extraterrestres). Después de análisis detallados de los casos reportados se ha determinado que la tierra es visitada por alrededor de 78 razas o formas diferentes de EBES, de las cuales 5 razas están mas relacionadas con nosotros.

Clasificación según Salvador Freixedo:

EBES del primer tipo: Son entidades invisibles, muy difíciles de ser comprendidas por nuestra mente porque son prácticamente pura energía mental. Su actividad primordial es influir en la mente de los humanos y tienen mucho que ver con las religiones y todas las grandes corrientes filosóficas y sociológicas. Según Salvador Freixedo parece que están aquí antes que el ser humano.

EBES del segundo tipo: Grises por su color de la piel o también reticulianos por que dicen venir del planeta que gira en torno a la estrella Zeta Reticuli. Bajos de 1,20 a 1,40 metros de altura, con una gran cabeza pelada y ojos muy rasgados. Muy psíquicos, con un gran dominio de la telepatía. Mente grupal con una conciencia individual muy poco desarrollada.

EBES del tercer tipo: Grises llamados Rigelianos porque dicen venir del sistema planetario de Rigel. Aliados en cierto modo con los anteriores y físicamente muy parecidos, aunque con los ojos redondos y grandes. Son una raza genéticamente dañada, al parecer por una guerra atómica de hace miles de años. Cuando están saludables, tienen una piel amarillo-verdosa.

EBES del cuarto tipo: Rubios altos, llamados también procionianos. Su altura fluctúa alrededor de 1,90 metros. Ejercen bastantes actividades en nuestro planeta.

EBES del quinto tipo: Rubios bajos. De piel blanca-azulada, más discretos en sus intervenciones en nuestro mundo.

El fenómeno OVNI se ha convertido en los últimos 50 años en un tema de controversias, algunos dicen que dicho fenómeno es pura charlatanería, otros están totalmente seguros que es algo real y que incluso los gobiernos de EE.UU., Rusia y otros ocultan información relacionada.

Existe información veraz que acredita muchos de los casos de este fenómeno como falsos, bien sea, engaños realizados por personas ambiciosas, bromistas o por confusión al observar un fenómeno natural. Pero existen evidencias además que dicen lo contrario y que nos hacen reflexionar sobre la existencia de vida extraterrestre, ya que son muchas las personas sometidas a detectores de mentiras que han salido airosas con su relato.

Es mucha la información que dicen ser suministrada por seres de otros planetas que con el tiempo resulta ser comprobada por la ciencia moderna, son muchas las interrogantes que se tiene en cuanto el origen de estructuras, escritos y relatos de la antigüedad. Es increíble el interés que tiene el gobierno de los Estados Unidos en mantener sus programas de búsqueda de vida en otros planetas abiertos. Pero algo si es cierto: este fenómeno forma parte de nuestra cultura, ya es algo que ha puesto a pensar y a reflexionar a creyentes y escépticos, incluso la ufología ya forma parte de las carreras universitarias dictadas por ciertos institutos universitarios y es que como dijo El Papa Juan XXIII: "Cuan pequeño sería dios, si después de haber creado este maravilloso universo, poblara solamente al diminuto planeta tierra. Ese no es el dios que yo conozco".

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lunes, 22 de diciembre de 2008

Expediente 0003 - El misterio de los ataúdes deslizantes








Las tinieblas son cerradísimas allí dentro, y cuando los sepultureros encienden sus quinqués, se encuentran con una visión realmente aterradora.



6 de julio de 1812, Isla de barbados. Cercanías de la bahía de Oistin. Un grupo de enterradores se dirige al cementerio de Christ Chursh con el cuerpo difunto de la señora Dorcas Chase. En el panteón familiar, una edificación sólida, construida con grandes bloques de coral unidos con cemento, se encuentran ya los ataúdes de Thomasina Goddard y Mary Anna María Chase, enterradas en 1807 y 1808 respectivamente. La pesada losa que cubre la tumba familiar, de 4 por 2 metros de superficie y semienterrada a la entrada del camposanto, es retirada con gran trabajo por el personal, debido a su considerable peso, y el ataúd es entrado posteriormente en su interior. Las tinieblas son cerradísimas allí dentro, y cuando los sepultureros encienden sus quinqués, se encuentran con una visión realmente aterradora. El ataúd de Mary Anna María había sido movido hacía un rincón y el de la señora Goddard, se encontraba ahora pegado contra la pared opuesta a la entrada. Los enterradores y familiares asistentes no dan crédito a sus ojos y la tumba es de nuevo cerrada con gran dificultad, no sin antes haber depositado en el suelo el ataúd de Dorcas Chase y puestos de nuevo en su sitio los otros dos.

El suceso conmovió a toda la familia y no comprendían cómo unos ataúdes, a la sazón revestidos de plomo, habían sido removidos en semejante lugar. En un intento por buscar culpables y racionalizar lo sucedido, se acuso a los esclavos negros de tal profanación. Se sabía que los negros habían asistido al entierro de la primera hermana Chase y que era poca la simpatía que tenían por el patriarca Thomas Chase, cuyo comportamiento cruel y tiránico había llevado al suicidio a su hija Dorcas. Sin embargo, los negros antillanos rechazaron la acusación y en su lugar mostraron miedo y respeto por lo que consideraban era obra de los espíritus. ¿Quién, entonces, era el responsable de tan macabra broma? Nada de todo aquello tenía el menor sentido pues los ataúdes, aparte de ser removidos, no habían sufrido ningún deterioro ni faltaba pieza alguna que hiciera pensar en un robo. ¿Es posible que los negros se tomaran molestia tan grande para obtener unos resultados tan insignificantes? No es probable, y el suceso así quedó, hasta que un mes más tarde, el 9 de agosto de 1812, Thomas Chase murió también, siendo llevado su cuerpo al mismo panteón. En esta ocasión, los ataúdes seguían estando en su sitio, pero el 25 de septiembre de 1816, cuando la losa fue de nuevo levantada para enterrar a un niño llamado Samuel Brewster Ames, los ataúdes volvieron a encontrarse desordenados. Como en ocasiones anteriores, la culpa recayó otra vez sobre los negros, que retornaron en su insistencia de que ellos no habían sido.

El 17 de noviembre se creó una gran expectación en Oistin, cuando otro difunto fue trasladado desde el cementerio de St. Philips al panteón familiar de los Chase. Una gran multitud se congregó en el lugar para observar los extraños movimientos de ataúdes. Cuando la bóveda fue abierta, todos los féretros habían sido cambiados de lugar. El de la señora Goddard, se hallaba deteriorado y roto por el desgaste y desplazado a la pared opuesta, y todos los demás sarcófagos, desperdigados en desorden por el suelo. Inútilmente se trató de descubrir algún indicio que explicara lo sucedido. Las paredes, el suelo y el techo, seguían estando en buen estado y no existía recodo alguno por el que pudieran pasar los posibles bromistas. Los ataúdes fueron reordenados, y la pesada losa fue vuelta a cimentar en su sitio.

Durante tres años, el panteón, que no había sido vuelto a abrir, fue objeto de la visita de los curiosos. Su fama llegó incluso a Europa y muchos fueron los que tomaron interés por ese misterioso cementerio de Barbados. El 17 de julio de 1819, Thomasina Clarke, murió, y su cuerpo fue trasladado al panteón. Para entonces, hasta el mismo gobernador de Barbados, el vizconde de Combermere, asistió al sepelio, acompañado por un centenar de observadores deseosos de encontrarse con el misterioso fenómeno. Y sus ansias quedaron satisfechas pues cuando los albañiles retiraron la losa, los ataúdes del interior se hallaban otra vez desordenados y desperdigados por todo el lugar. El registro que se hizo por los peones fue realmente exhaustivo, pero, como en ocasiones anteriores, no se encontró ningún indicio de profanación. Los féretros fueron entonces colocados en su sitio y se decidió recubrir el suelo entero de fina arena, para descubrir las huellas del posible culpable. Cuando la bóveda volvió a ser tapada, el vizconde de Combermere y dos funcionarios, marcaron el cemento con su sello, formando así una película infranqueable.

El 18 de abril de 1820, el panteón volvió a ser abierto. Hasta entonces el lugar no había sido utilizado, pero la expectación despertada en el público y el deseo del vizconde Combermere por comprobar si su experimento había dado resultado, hicieron que ese 18 de abril, se desvelara el misterio, a pesar de no haber ningún finado para ocupar un hueco en la sepultura. El vizconde Combermere, acompañado del Honorable Nathan Lucas, el secretario de gobernación, mayor J. Finch, el señor Rowland Cotton, el señor R. Bowcher Clark y el reverendo Thomas Orderson, se dirigieron al cementerio de Christ Church, con un grupo de asustados peones negros, dispuestos a levantar la losa.

Todo estaba como lo habían dejado, es decir: el cemento estaba intacto y los sellos oficiales seguían en su lugar, sin haber sufrido ninguna perturbación. Con esto, todos pensaron que el interior se encontraría también en buen estado, pero cuando el cemento fue picado y la losa retirada a un lado, se sorprendieron al escuchar un extraño rozamiento surgiendo de la oscura bóveda. Uno de los ataúdes de plomo había sido arrojado contra la losa y al ser retirada esta por los albañiles negros, la sepultura había sido arrastrada con ella. Los cada vez más aterrorizados negros comprobaron que el ataúd de Mary Anna María, se encontraba ahora empotrado en la pared del fondo, y del tal manera, que incluso el muro había sufrido daños. Los demás féretros estaban diseminados por el suelo de forma caótica. El vizconde Combermere, no daba crédito a sus ojos. El exterior de la bóveda seguía estando tan sólido como siempre, por lo que nadie podía haberse colado dentro por algún resquicio, y la fina arena depositada en el pavimento interior, no presentaba muestras de huellas o de presencia humana. Si alguien había entrado allí, pensó el vizconde, desde luego no era de este mundo.

El honorable Nathan Lucas, dijo de la inspección que hizo del lugar: “Examiné los muros, el arco y toda la bóveda: todo era igualmente antiguo; un albañil, en mi presencia, golpeó minuciosamente el suelo con un martillo: todo era sólido. Confieso que no puedo explicar los movimientos de esos ataúdes de plomo. Ciertamente, no se trata de ladrones, y en cuanto a broma pesada o truco, hubiese sido necesaria la participación de demasiada gente y el secreto hubiera sido descubierto; y en cuanto a que los negros hayan tenido algo que ver, su miedo supersticioso a los muertos y a todo lo que con ellos se relaciona, excluye cualquier idea de esa clase. Todo lo que sé es que ocurrió y que yo fui testigo del hecho”.

Desde aquel día, los ataúdes no volvieron a dar motivos para el misterio, pues todos ellos fueron sacados de la bóveda y trasladados a otros lugares del cementerio. Jamás se llegó a saber qué ocasionó semejante suceso incongruente y nunca más se le volvió a dar publicidad. Una multitud de teorías surgieron en aquella época, tratando de solucionar el enigma pero ninguna era lo suficientemente sólida como para validarla. Se habló de pequeños seísmos, de negros vengativos, de bromistas recalcitrantes, pero todas fueron desechadas por falta de consistencia y de pruebas. El misterio continuó así, y aún hoy se sigue hablando en Barbados del misterio de los ataúdes deslizantes. En la actualidad el panteón está vacío y puede ser visitado por los curiosos que desean rememorar aquel extraño incidente. Sin embargo, no es necesario trasladarse hasta allí para encontrarse con caprichosos ataúdes andarines. “Antiguas Historias antillanas” fue un libro publicado por sir Algernon Aspinall. En él, el autor nos describe un suceso similar acaecido en Stanton (Suffolk, Inglaterra) en 1815. Como en Barbados, los ataúdes de Stanton habían sido movidos al menos en tres ocasiones, llegando incluso a ascender unas empinadas escaleras. En 1867, el señor F. C. Paley, de Gretford, en las cercanías de Stamford (Lincolnshire, Inglaterra), relataba un hecho similar sucedido en un panteón local y confirmado por varios testigos. Al igual que en los dos anteriores, los ataúdes fueron removidos repetidamente, quedando incluso alguno de ellos, apoyados verticalmente contra la pared. En 1844, en Arensburg, en la isla báltica de Oesel, ocurrió algo parecido en el panteón familiar de los Buxhoewen. En el transcurso de una misa por los funerales de un familiar, se dejó sentir en el interior de la bóveda privada, unos extraños ruidos que alertaron inmediatamente a los concurrentes. Los más atrevidos, abrieron el panteón y descubrieron boquiabiertos, cómo los féretros de sus difuntos se encontraban desperdigados por el suelo, sin orden alguno. Con el tiempo, el presidente del tribunal eclesiástico local, el barón de Guldenstabbe, encabezó una investigación oficial y ordenó que la bóveda se abriera. Los ataúdes, pese a haber sido reordenados, y la puerta principal cerrada con llave, se encontraban de nuevo desordenados y dispuestos en difíciles posiciones.

El barón Guldenstabbe, lejos de atribuir el misterio a agentes sobrenaturales, ordenó que el suelo del panteón fuera picado y levantado, con la intención de encontrar algún pasadizo secreto por el cual pudieran haberse colado los bromistas o los profanadores de tumbas (profanadores inexistentes, pues jamás fue robado nada). No obstante, el resultado fue negativo, no encontrándose ningún resquicio sospechoso. La Bóveda fue de nuevo pavimentada, y como ocurriera en Barbados, su suelo recubierto, en esta ocasión, de ceniza, mucho más sensible a las huellas que la arena. Como en Christ Church, también aquí se imprimieron sellos ocultos en la losa, que se romperían en caso de que alguien la abriera secretamente; además, el barón dispuso que unos soldados vigilaran el lugar durante tres días y tres noches. Cumplido el plazo, el comité investigador se desplazó otra vez al cementerio. Los sellos secretos permanecían intactos, la ceniza desperdigada en el suelo, no presentaba señales de huellas, pero los ataúdes, de nuevo estaban desperdigados en el interior de la bóveda, estando algunos rotos o boca abajo. El comité de Arensburg y los Buxhoewden, rendidos ante la evidencia, no pudieron hacer otra cosa que trasladar los féretros a otro cementerio y dejar que la providencia explicara algún día el misterio; lo que nunca ocurrió.

El misterio de los ataúdes deslizantes, tanto en Barbados, como en Stanton, en Stamford o en Arensburg, sigue siendo un misterio insoluble. Muchos fueron los que intentaron dar una explicación plausible al fenómeno, sin que ninguna de ellas, como hemos indicado antes, resultara consistente. En cuanto a Barbados, se sabe que el lugar se encuentra rodeado por un cinturón sísmico que posiblemente fuera el causante del movimiento de los ataúdes, pero también se sabe que en esas fechas no se registró presencia sísmica en la zona y que, de haber sido así, todos los ataúdes del cementerio se hubiesen movido y no sólo los del panteón familiar de los Chase. Corrientes subterráneas e inundaciones, fueron otras de las teorías barajadas. Pero la bóveda de Oistin, estaba por encima del nivel del terreno y su estructura era estanca; lo mismo ocurría en Stanton, Stamford y Arensburg.

George Hunte, autor de “Barbados”, un libro en el que se trata del misterio de los ataúdes, ofreció una teoría que intentaba explicar el suceso: “El gas de unos cuerpos en descomposición, y no espíritus malignos, fue responsable de las violentas separaciones y del desorden que desbarató el trabajo de los enterradores”. Aunque esta hipótesis parecía, en parte, solucionar el problema, nadie se preguntó cómo era posible que unos simples gases de procedencia humana podían mover unos féretros recubiertos de pesado plomo, de los que cuatro hombres apenas eran capaces de mover.

El misterio siguió y seguirá, me temo, sin solución, para el resto de la vida. Todas las hipótesis vertidas en el asunto, con la intención de explicarlo, han fracasado irremediablemente. Sólo cabe, pues, buscar su origen en otro lugar quizás no tan humano. Ante enigmas como este, uno se siente tentado en pensar en influencias del Más Allá, o en una capacidad psíquica desconocida hasta el momento, capaces de mover objetos pesados y ocultos con la simple fuerza de la mente. Es posible que, por razones fuera de toda lógica, los asistentes a aquellos sepelios, utilizaran sin saberlo una capacidad mental extraordinaria e inconsciente, causantes de ese deslizamiento sin sentido de los ataúdes; esto, reforzado con la convicción, el miedo y el deseo de los que se agregaban para encontrarse con el fenómeno, pudo potenciar aún más el suceso, hasta que, simplemente, se suprimía trasladando los féretros a otros lugares, acabando así con la tentación involuntaria de los eventuales psíquicos. Sin embargo esto no deja de ser una teoría más, tan válida o inválida como las anteriores, que en ningún caso clarifica contundentemente el suceso. El misterio de los ataúdes deslizantes, es, y seguirá siendo, un asunto para los hechos insólitos, y patrimonio del acervo popular.

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Expediente 0002 - Pisadas fueras de tiempo








¿Pisadas de humanos hace millones de años?
Un tema que abre las puertas a nuevos planteamientos, una nueva mirada a todo lo que habíamos leído en los libros de prehistoria.


¿Prehistoria Errada?
Refiriéndonos a un tema netamente científico con respecto a los dinosaurios, sabemos que durante 135 millones de años dichos seres dominaron el Planeta Tierra por facultades y poder. Ningún ser humano vio jamás a un dinosaurio con vida, ni siquiera el Australopithecus, vínculo del hombre actual con sus antepasados.

Ahora bien, hay ciertos misterios que sin ninguna explicación científica tiran al suelo estas teorías, como las huellas halladas en el Valle de los Gigantes (Texas, EE.UU.). En él, se descubrieron unas pisadas perfectamente nítidas de un dinosaurio en el río Paluxy. Dichos terrenos datan del período cretáceo, a fines de la era mesozoica: 140 millones de años. En ese mismo lugar se halló la huella de un pie humano, como si ese hombre estuviese persiguiendo al gran dinosaurio. Entonces, si ese hombre pudo ver un dinosaurio vivo no hay correspondencia con la teoría científica.

Lo cierto es que en el Valle de los Gigantes hay cientos de pisadas de dinosaurios de distintas especies, entre las cuales a veces aparecen numerosas huellas humanas de gran tamaño. Además, en 1931 se encontraron marcas de pies humanos que databan de 250 millones de años. Diez de ellas fueron halladas a algunos kilómetros al nordeste de Mount Vernon. La historia de la humanidad no siempre es como dicen los libros...

Las pisadas humanas de Laetoli, Tanzania
En 1979, Mary Leakey, la esposa de Louis Leakey, uno de los antropólogos más importantes del siglo XX, encontró unas huellas humanas sobre ceniza volcánica en Laetoli (Tanzania). Las pisadas tenían una antigüedad aproximada de 3,6 millones de años y pertenecían a tres individuos. El hallazgo fue examinado por expertos en huellas, antropólogos y otros especialistas que aportaron sus conclusiones documentales al National Geographic y a otras revistas científicas.

La observación de las imágenes de las huellas revela que apenas difieren de las de un ser humano moderno. Sin embargo, es sorprendente que a pesar de que este hallazgo sugiera la existencia del hombre hace millones de años, los científicos han concluido que pertenecen al Australopithecus, pese a que las características de este homínido de hace cuatro millones de años no encajan con las citadas huellas. Mary Leakey, por su parte, dice que las pisadas podrían pertenecer a un simio cuyos pies guardarían un gran parecido con los del ser humano. Si se hubiera tratado de un hallazgo aislado, la hipótesis oficial tendría sentido, pero la existencia de utensilios artificiales localizados también en el periodo precámbrico, contradice su versión. Por tanto, la existencia de objetos que necesitan a un ser inteligente para ser fabricados refuerza la hipótesis de Cremo y Thomson: las pisadas de Laetoli son humanas y se remontan a cientos de millones de años atrás.

La huella de zapato
En 1968, William J. Meister, dibujante y coleccionista de trilobites, encontró la huella de un zapato en terreno de pizarra cerca de Antílope Springs, Utah. La muesca apareció cuando Meister abrió el bloque de pizarra. En el interior de la huella se observaban fósiles de trilobites, unos artrópodos marinos ya extinguidos. La pizarra con la huella y los fósiles de trilobites tenían entre 590 y 505 millones de años de antigüedad. Meister describió su hallazgo en un artículo publicado en Creation Research Society Quarterly: "La marca del talón estaba incrustada en la piedra tres milímetros más que el resto de la huella. La pisada parecía pertenecer al pie diestro, porque el calzado estaba más desgastado en el lado derecho del tacón, como sucede en cualquier zapato de ese pie".

En el mismo artículo se mencionaba también cómo el 4 de julio de 1969, el Dr. Clarence Coombs, del Columbia Union College de Maryland, y Maurice Carlisle, geólogo, visitaron el lugar del descubrimiento. Tras las excavaciones, Carlisle encontró, en el mismo nivel de la huella, una capa de barro que le convenció de la consistencia de aquella pisada fósil, ya que el barro demostraba que el pie ejecutor había estado alguna vez sobre la superficie. Sin embargo, los científicos rechazaron el descubrimiento argumentando que se trataba de una rareza, de un simple capricho de la erosión.

La suela de zapato
El 8 de octubre de 1922, el diario New York Sunday American publicó un interesante artículo titulado: "El misterio de la suela de zapato petrificada hace cinco mil millones de años de antigüedad". Era una de esas informaciones que atrapan la atención del lector al instante. El autor, el Dr. W. H. Ballou-Ballou, explicaba que un ingeniero de minas y geólogo llamado John T. Reid se topó con la desconcertante huella mientras buscaba fósiles en Nevada. El examen de la misma reveló que se trataba de una huella correspondiente a un pie calzado, al que incluso se le adivinaban las marcas de hilo de coser y hasta las muescas generadas por el continuo roce del talón.

Reid trasladó su insólito fósil a Nueva York, donde intentó interesar a los científicos del Museo Americano de Historia Natural, aun que la respuesta que recibió fue tajante: "La huella es la mejor imitación de un objeto artificial que jamás hayamos visto". A pesar de todo, confirmaron que el sedimento donde apareció la huella se formó en la era triásica. El veredicto de la clase científica no satisfizo a Reid, que encargó nuevos análisis y fotografías a un químico del Instituto Rockefeller. Las nuevas aportaciones dejaron poco espacio para la duda: la suela era obra humana. Pero, ¿quién fabricaba zapatos hace 200 millones de años?

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Expediente 0001 - Presentación








Soy el Agente Quis, presentándome ante ustedes en el primer expediente que da inicio a lo que denomino: Un encuentro cercano con los límites del conocimiento humano.

A lo largo de este blog se expondrán, revelarán e investigarán los sucesos más enigmáticos e inquietantes que envuelven a la humanidad. Mis expedientes X plantean un recorrido por temas que son abarcados con total seriedad y objetividad.

Toda la información es el fruto de recopilaciones y análisis realizados a lo largo de muchos años.

Hoy ha llegado el día en que mi libro de anotaciones y documentos se abre ante ustedes, donde las conclusiones finales serán selladas por ustedes mismos.

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